Hay días en los que la cocina y el baño empiezan a pedir una limpieza a fondo y, entonces, no nos queda otra que tirar de dos clásicos: lejía y amoniaco. Ambos son maravillosos para dejar todo impoluto, pero cada uno tiene sus trucos y usos específicos.
¿Cuál es el mejor producto para limpiar el baño? ¿Y para las manchas imposibles o la grasa incrustada? Aquí te contamos cuándo usar lejía y amoniaco en limpieza y, sobre todo, ¡cómo aprovecharlos al máximo!
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ToggleLa eterna pregunta: ¿lejía o amoniaco? Y lo cierto es que para ella no existe una respuesta definitiva, porque siempre depende de la tarea de limpieza que vayas a llevar a cabo.
Ambos son efectivos, pero no se pueden mezclar (¡luego te contamos por qué!). Lo importante es que sepas cómo usarlos correctamente para sacarles el máximo partido.
Gracias a su gran capacidad desinfectante, la lejía es uno de los productos más utilizados en el mundo limpieza. ¡Qué haríamos sin ella!
Entre sus usos más habituales, están:
¡Ojo! Para evitar daños en superficies o tejidos, siempre que emplees la lejía dilúyela en agua y usa unos buenos guantes de limpieza.
Por otro lado, el amoniaco se lleva la palma cuando hablamos de terminar con la grasa y la suciedad incrustada.
¿Cuándo usarlo? Aquí te dejamos algunas ideas:
Por cierto, seguro que ya lo sabes, pero el amoniaco tiene un olor bastante fuerte. ¡Procura usarlo en espacios bien ventilados y, como siempre, con guantes puestos!
Ahora que ya conoces los usos de la lejía y el amoniaco, vamos a profundizar en las zonas del hogar donde más se necesitan:
Como sabes, el baño es una de las zonas de la casa en las que la higiene cobra más importancia. ¿Pero cuál es el mejor producto para limpiar el baño?
¡Pues los dos! ¿Por qué elegir solo uno? Podemos combinarlos, aunque siempre por separado:
En el caso concreto de la ducha, te recomendamos aprovechar la lejía para desinfectar las juntas y eliminar el moho y las manchas de humedad.
Y para devolver el brillo a tus mamparas de cristal o a las superficies metálicas, como los grifos, no encontrarás un producto mejor que el amoniaco. ¡Prueba y nos cuentas!
Por último, la cocina es un lugar que acumula mucha grasa. Qué te vamos a contar, ¿verdad? Cuando la tuya necesite una limpieza a fondo…
Para terminar, vamos a responder extendidamente a la pregunta del millón (aunque antes ya te hemos adelantado la respuesta): ¿puedes mezclar lejía y amoniaco?
¡No, jamás! Mezclar lejía y amoniaco es extremadamente peligroso. Al combinarse, estos productos generan un gas tóxico llamado cloramina, que puede causar problemas respiratorios graves e incluso ser letal.
Por tanto, si necesitas usar ambos productos, asegúrate de hacerlo en momentos y espacios diferentes, con la ventilación adecuada y nunca de forma simultánea.
Si sigues estos consejos, conseguirás una limpieza eficiente, segura y con resultados profesionales, créenos. Y si necesitas ayuda extra, recuerda que siempre puedes contar con nuestro servicio de limpieza a domicilio en Zaragoza y alrededores.
En Limpiezas Sanaza somos expertos en dejar cualquier rincón de tu hogar como los chorros del oro. ¡Llámanos y olvídate de la tediosa tarea de limpiar!
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